La comunicación es muy importante pero dentro de una empresa es clave. Una mala comunicación puede resultar frustrante y desmotivadora pero tiene otras consecuencias materiales: pérdida de mucho dinero para la organización y una cantidad adicional enorme de horas de trabajo para los empleados que se podrían evitar. Una comunicación pobre crea más trabajo.

Me ha parecido muy interesante la guía de comunicación interna que ha publicado la gente de Basecamp. Ellos mismos aclaran que no se trata de normas absolutas, ya que depende del momento en que se encuentre cada equipo, pero sirven para crear limites y prácticas compartidas a las que recurrir.

Comparto la mayoría de los puntos, pero destacaría los siguientes:

• La comunicación puede ser, a veces, es tiempo real pero debe ser asíncrona la mayor parte del tiempo. Esperar una respuesta inmediata, si no se trata de una verdadera emergencia, es una práctica tóxica que reduce sensiblemente la eficiencia y la necesaria organización.
• La comunicación interna se debe basar en escritos extensos, debidamente reflexionados, en lugar de la tradición verbal de reuniones y charlas, que solo ofrecen oportunidades para interrumpir y ser interrumpido. La escritura solidifica, hablar disuelve. Si es importante, crítico o fundamental, escríbelo, no lo hables.
• Relacionado con lo anterior: hablar solo ayuda (y solo a veces) a quien está en la sala, escribir ayuda a todos. Esto incluye a personas que no pudieron asistir y a los futuros empleados que se unirán dentro de unos años.
• Los asuntos importantes requieren una cantidad importante de tiempo para desarrollarse. Tener prisa por juzgar y exigir respuestas inmediatas solo sirve para aumentar las probabilidades de una mala toma de decisiones.
• Las reuniones deben ser la última opción, no la primera. Para mi, éste es uno de los puntos más importantes y que menos se cumple en la práctica.

Aquí puedes consultar el resto de puntos, que son realmente para tener en cuenta y reflexionar sobre ellos: Guía de comunicación de Basecamp.